lunes, 8 de diciembre de 2014

Camellia japonica

Camellia japonica L.


· Nombres comunes: camelia, camelio común
· Sinónimos más frecuentes: Camellia bonnardii Berl. ex Lem., Camellia mutabilis Paxton, Camellia tsubakki Crantz
· Familia: Teáceas
· Origen geográfico: Asia oriental, China, Japón, Indochina y varias islas de esa zona
· Planta: arbusto perenne, leñoso, muy ramificado, con ramillas lampiñas. Crecimiento lento. Existen más de 3.000 variedades diferentes de Camellia japonica, número que aumenta con la aparición de otras nuevas
· Hojas: anchamente elípticas o elíptico-oblongas, con ápices cortamente acuminados, con la punta obtusa, base cuneada, margen denticulado o crenulado-denticulado, de 7,5-12 x 3-4 cm, coriáceas, rígidas, glabras, haz verde oscuro brillante, envés verde pálido y con verrugas suberosas de color marrón, con 6-8 pares de nervios laterales algo prominentes; pecíolo de 12,5 mm de longitud
· Flores: solitarias, subterminales, sentadas, de color rojo, aunque variables en la multitud de cultivares. Miden de 7-12 cm de diámetro y con 5 sépalos y 5 pétalos, en general tienen más los ejemplares cultivados. Estambres numerosos unidos en la mitad o en 2/3 de su longitud
· Floración: en primavera
· Fruto: cápsula globosa de 4-5 cm de diámetro

· Longevidad: bastante longevo
· Temperatura: invernal entre 6-8 ºC, sin sobrepasar los 12 ºC en ningún casos, soporta temperaturas bajo cero en periodos cortos. Para la formación de las yemas florales es necesaria una temperatura alta, de 20-25 ºC, mientras que para su maduración no se debe rebasar los 15 ºC, ya que, si no, se caen. A partir de mayo sacar al exterior y poner en sombra
· Exposición: bajo una iluminación indirecta y rechaza los rayos directos del sol
· Suelo y sustrato: necesita sustrato ácido, pH 4,5-5,5, perfectamente drenado, formado a base de turba y arena en la proporción 4/1 con un gramo de abono por litro de mezcla y una relación 2:0,8:1,5. Además hay que añadir Ca/Mg en relación 1:3 hasta alcanzar el pH requerido y 0,1 gramos de una mezcla de microelementos. No se adapta a suelos calcáreos. No tolera las sales
· Abonado: después de la floración y despunte, cuando se aprecie la yema floral en el ápice de cada rama, a razón de 1 gramo por litro
· Humedad ambiente: gusta de ambiente húmedo. En interior, debe colocarse sobre una manta porosa higroscópica y si se toma la opción de un plato lleno de gravilla húmeda se debe realizar correctamente, ya que un uso incorrecto provoca la asfixia de las raíces. Pulverización diaria de las hojas evitando mojar las flores
· Riego: abundante durante el período vegetativo y escaso durante el reposo invernal
· Propagación: por esquejes, aunque es de difícil logro en condiciones domésticas
· Plagas y enfermedades más frecuentes: entre las de tipo criptogámico, hay que nombrar el mal blanco; entre los insectos, áfidos y cochinillas
· Otras recomendaciones: teme la sequedad, tanto del aire como del sustrato, y también los encharcamientos por agua de riego, por ello poner un buen suelo drenante. A temperaturas inferiores a -5 ºC no sobreviven. Cada cierto tiempo, se le añade sulfato de hierro, o mejor, quelatos de hierro o algún abono ácido especial para camelias o plantas acidófilas

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